2024-08-13 19:49:03
La organización de protección de datos Noyb ha presentado quejas contra X en varios países de la UE, acusando al gigante tecnológico de entrenar sus sistemas de inteligencia artificial con datos personales sin el consentimiento de los usuarios. Este artículo analiza las implicaciones legales y el contexto de estas acciones en el marco del GDPR.
La organización de protección de datos Noyb ha tomado una posición firme contra X, la plataforma previamente conocida como Twitter, al presentar quejas en nueve países de la UE. La acusación central es que X está entrenando sus sistemas de inteligencia artificial utilizando datos personales de usuarios sin haber obtenido el consentimiento correspondiente. Este desarrollo no solo pone en tela de juicio las prácticas de X, sino que también subraya la creciente preocupación en Europa sobre el uso de datos personales en el ámbito de la inteligencia artificial.
Contexto de la disputa
Desde hace tiempo, Noyb ha estado en desacuerdo con empresas tecnológicas como Meta y X respecto a cómo manejan los datos de los usuarios con el fin de entrenar sistemas de IA. En junio, se presentó una serie de quejas contra Meta en once países europeos, argumentando que la empresa planeaba usar y compartir datos personales —como publicaciones e imágenes— con terceros para una «tecnología de IA» indefinida, y todo esto sin consultar a los usuarios. Tal acción llevó a que las autoridades de protección de datos irlandesas intervinieran, lo que resultó en la suspensión temporal de los planes de Meta para liberar su asistente de IA en Europa.
El caso de X
La atención de Noyb ha ido ahora hacia X, la plataforma adquirida por Elon Musk. Según un informe de Reuters, Noyb presentó quejas contra X el lunes ante las autoridades de nueve países de la Unión Europea. Las acusaciones son claras: X está usando datos personales sin el consentimiento de los usuarios, lo que contraviene el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de Europa. Este contexto revela la presión que Noyb está intentando ejercer sobre la Comisión de Protección de Datos de Irlanda (DPC), responsable de regular a las principales empresas de internet en Estados Unidos dentro de la UE.
En una resolución judicial, X acordó abstenerse temporalmente de usar datos personales de usuarios europeos que fueron recolectados antes de que tuvieran la oportunidad de revocar su consentimiento para el entrenamiento de IA. Sin embargo, según Noyb, la queja presentada ante la DPC se centra principalmente en el control de daños y en la falta de colaboración por parte de X. La legalidad de la propia recolección de datos no está siendo cuestionada.
La perspectiva de Noyb
Max Schrems, fundador de Noyb, comentó sobre la situación diciendo: «Queremos asegurarnos de que Twitter cumpla plenamente con la ley de la UE, que – como mínimo – requiere que se pida el consentimiento de los usuarios en este caso». Un tribunal irlandés determinó que X solo ofreció a sus usuarios la opción de objetar varias semanas después de que comenzó la recolección de datos.
Reacción y consecuencias
X no respondió inicialmente a una solicitud de comentarios. Sin embargo, la cuenta oficial de asuntos gubernamentales globales señaló que continuarían trabajando con la DPC en asuntos relacionados con la IA.
Este caso es similar a las acciones de Noyb contra los planes de IA de Meta, donde también se presentaron quejas en varios países sobre el uso de datos personales para entrenamiento de software. En ese momento, Meta anunció que no lanzaría su asistente de IA en Europa por ahora.
Implicaciones para las empresas tecnológicas
Estos ejemplos destacan la postura crítica de los defensores de la protección de datos sobre el uso de información personal para la formación de sistemas de IA. Esto no solo subraya una creciente desconfianza en cómo las empresas tecnológicas manejan los datos personales, sino que también sugiere que las empresas pueden necesitar reconsiderar o al menos adaptar sus planes de IA en Europa. La situación plantea cuestiones importantes sobre la ética y la legalidad en el uso de datos, al tiempo que pone de relieve la necesidad de una mayor transparencia y respeto por los derechos de los usuarios en medio de la revolución tecnológica actual.